Si eres una persona super activa y estás acostumbrada a dar el 100% de tu energía todos los días, el día en el que no “puedes con la vida” de pronto puede ser muy sorpresivo y angustiante. Y todos hemos tenido esos días… de hecho durante estas épocas locas de pandemia, la energía nos juega malas pasadas…
Me ha sucedido durante las últimas semanas que, sin previo aviso, la energía basal con la que suelo existir se bajó a un 50%. Entonces me está costando un montón salir de la cama, moverme, incluso hacer ejercicio que es uno de los principales placeres de mi vida!
He hecho esta lista de chequeo mental de mis comportamientos básicos para saber de dónde viene ese bajón, y que puede servirles, si están en una situación similar. Por eso decidí escribir este post.
Chequeo mental para identificar la fuente de baja energía:
- Hábitos alimenticios: ha cambiado algo en los alimentos? ¿Estoy consumiendo suficiente proteína, minerales esenciales, vegetales y fuentes de hierro?
- Hidratación: ¿Estoy tomando suficiente agua?
- Café y alcohol: mucho o muy poco…. ambos extremos en la cafeína me afectan y en cuanto al alcohol que en mi caso es vino, sé que no puedo tomar más de una copa al día.. y solo en situaciones especiales dos. De lo contrario me siento bastante mal, intoxicada y deshidratada. En cuanto al café, dos a tres tazas es suficiente para mí. Cada persona aprende a conocer sus límites y es muy importante aprender a parar antes de llegar a sentir malestar.
- Sueño: ¿Qué tan interrumpidas han estado las noches? ¿Cuántas horas estoy durmiendo y al levantarme, y siento que descansé?
- Momentos de calidad con la familia: ¿He tenido espacios de desconexión del teléfono, contacto con la naturaleza, disfrute real de la vida?
- Sensación general de salud: ¿ Puedo estar luchando algún virus? ¿Hay alteraciones en mi tracto gastrointestinal o respiración? ¿Tengo dolores articulares?
- Trabajo: he estado trabajando con tranquilidad ¿o he sentido estrés laboral?
Con seguridad en alguno de estos ejes estará la o las respuestas. Y la solución muchas veces es fácil. A veces nos cuesta más detenernos, que continuar al paso loco de la vida…. al detenernos no estamos siendo débiles, o tirando la toalla. Simplemente estamos recuperándonos, regenerando eso que tenemos descuidado, y encontrando espacios para nosotros y nuestra familia. Lo más difícil para mí, es pasar más de un día sin actividad física demandante. Ni si quiera me sirve, digamos salir a caminar… pero creo, que se llegó el momento de tomarme una semana de absoluta recuperación. De caminar, contemplar, respirar. ¿y tú? cómo están tus niveles de energía y qué puedes hacer para mejorarlos?